Las redundancias al momento de escribir
Redactar va mucho más allá de escribir. Entre las cualidades más importantes de la redacción se encuentran la brevedad y la economía de medios para expresar un concepto o idea con exactitud; tendemos a omitir dichas características a la hora de realizar un escrito.
Las redundancias son la repetición de lo que se dijo anteriormente, son el enemigo de la concisión en los escritos. Al redactar, se tiende a realizar explicaciones detalladas y a usar un excesivo lenguaje cortés, haciendo que aparezcan las redundancias.
Por si fuera poco, no solo existe una redundancia, sino que hay más y seguro hemos cometido varias en nuestra redacción, a continuación se encuentran algunas.
1. Rodeos innecesarios.
Fallamos cuando queremos expresar una situación o evento específico utilizando muchas palabras, y que, al eliminarlas se podría entender el escrito.
Ejemplo.
Si usted me permite muy respetuosamente el permiso, procederé en esta oportunidad presentada para intentar, en la posibilidad de mi alcance, la explicación detallada de la situación que sucedió.
Forma concreta.
Solicito permiso para explicar la situación.
2. Exceso de formulismo.
Cuando redactamos dirigiéndonos a un superior o a una persona respetada, solemos caer en este tipo de redundancia para expresar el aprecio y admiración por a ella.
Ejemplo:
Estimado y respetado Señor, me dirijo a usted con el más sincero agradecimiento ante el favor pedido, le recuerdo que cuenta con un atento y seguro amigo.
Forma concreta.
Señor, le agradezco el favor pedido, estoy a su disposición.
3. Uso de redundancias.
Es la repetición de lo que se dijo.
Ejemplo:
Yo creo en mi interior que usted es la única persona indicada para reiniciar de nuevo la investigación llevada a cabo hace 3 meses atrás.
Forma concreta.
Pienso que usted es el indicado para reiniciar la investigación de hace 3 meses.
4. Exagerado celo explicativo.
Se da cuando queremos explicar un tema, situación o evento y lo hacemos de diferentes maneras.
Ejemplo:
Las personas que se encontraban o estaban en ese lugar, no sabían, conocían o entendían la situación que se estaba dando, es decir, no comprendían lo que acontecía.
Forma concreta.
Las personas no entendían lo que sucedía.
5. Contagio de cotorreo.
Este tipo de redundancia comienza con un objetivo claro, pero se va dispersando con lo que se dice y finalmente retoma el camino inicial.
Ejemplo:
Después de la conversación que tuvimos en la conferencia de Cartagena, situación que me pareció muy agradable y en esta ciudad tan bella, llena de historia y presencia, realmente no conocía Cartagena hasta esa charla y fue muy valiosa la experiencia; debo decirles que me uno a su negocio.
Forma concreta.
Después de la conversación durante la conferencia en Cartagena, debo decirles que me uno a su negocio.
Teniendo el conocimiento de algunas de las redundancias en las que incurrimos, solo es cuestión de tiempo y práctica para que empieces a eliminarlas de tus escritos y a reconocerlas en los textos de otras personas.
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