Diferencias entre el Método Kumon y el Método IPLER.
La habilidad del aprendizaje es una capacidad que no desaparece y se activa cada vez que aparece la motivación. Son muchos los estudios y los métodos que buscan favorecer el aprendizaje en niños y jóvenes, de ahí la importancia de conocer su historia y metodología. Vale recordar la frase: “no todos las personas son iguales”, de ahí que no todos los niños, jóvenes y adultos aprenden de la misma forma.
1. Método Kumon
Uno de los métodos de aprendizaje nace en Japón en 1954, cuando un profesor de matemáticas Toru Kumon busca la manera de enseñar a su hijo, como ser mejor en esta asignatura en la escuela. Interesado por el aprendizaje busca ejercicios numéricos que incrementan su dificultad progresivamente logrando resultados favorables en operaciones matemáticas. Actualmente el método se desarrolla en 4200 hojas de ejercicios con material didáctico y enfocado en el desarrollo de habilidades con conceptos escogidos de un temario que les permite a los estudiantes resolver los procesos con seguridad.
Sin embargo la evolución de la escuela y los procesos educativos basados el constructivismo buscan que los estudiantes generen aprendizajes significativos más allá de la repetición de contenidos como grabadoras o calculadoras. En términos generales, esta corriente pedagógica busca que los estudiantes logren construir sus propios conocimientos para la solución de una situación problemática, basándose en el aprendizaje de conceptos fundamentales del conocimiento. Kumon no tiene profesores profesionales graduados en matemáticas sino orientadores que corrigen las plantillas e interactúan con el estudiante si existe alguna duda.
2. Método IPLER
Hace 40 años, el sicólogo colombiano Francisco Barahona mejoró un método, denominado SQ3R, que se basa en aprender, entender más en menos tiempo, mejorar la comprensión de lectura y ejercitar la memoria. El método IPLER es un eficaz procedimiento de aprendizaje y enseñanza cuya sigla significa: Inspeccionar, Preguntar, Leer, Expresar, Revisar. Con una metodología propia, el doctor Barahona logró que muchos niños, jóvenes y adultos adquirieran hábitos de estudio con resultados excepcionales. Fue así como el Método IPLER se implementó y ahora es también aplicado para otras necesidades académicas, como la preparación para la presentación del Examen Saber 11, preuniversitario, cursos, nivelaciones y talleres de variadas asignaturas y método de estudio, entre otras.
La metodología empieza con una una evaluación inicial de admisión que consta de dos (2) fases:
1. Por medio de la entrevista individual conocemos los intereses y las necesidades del estudiante. Esta evaluación le proporciona a nuestros profesionales una visión global del estudiante.
2. Con la evaluación integral por competencias y de conocimientos identificamos las habilidades y destrezas del estudiante.
Con base en los resultados de la evaluación desarrollamos un plan de aprendizaje basados en las necesidades de cada estudiante. Ejecutamos el plan de aprendizaje que siempre va acompañado de profesores que con experiencia en metodología de enseñanza, hace fundamental el alcance de objetivos.
Finalmente se realizan controles periódicos para evaluar el desempeño el cual nos permite verificar el avance del estudiante. Esa es la metodología que se maneja en IPLER. Un proceso de aprendizaje enfocado en evaluación continua que permite al estudiante reflexionar sobre su propio aprendizaje porque sólo cuando se disfruta el proceso de aprender, se observan resultados reales y surge la motivación a desarrollar hábitos académicos, incluidos los hábitos lectores. La figura del profesor debe buscar el acompañamiento y dar una guía que permita a cada uno de los estudiantes identificar su propio proceso de aprendizaje.
Para lograr que los aprendices interioricen sobre sus fortalezas y los ámbitos a fortalecer, lo que supera las calificaciones y simbologías usadas constantemente por las instituciones educativas y las llamadas orientadoras. Una real evaluación continua es aquella que permite reflexionar y hacer consiente el propio aprendizaje sin intentar engañar a nadie, y solo se logra cuando se disfruta el proceso de aprender, porque se enfocan en cada uno y sus propias necesidades, cuando no hay ninguna competencia por el avance o la comprensión de temáticas y conceptos, cuando cada proceso es el más importante porque se conoce la motivación y aspiraciones del estudiante.
Es por eso que el acompañamiento de profesionales con experiencia, evaluadores independientes, fonoaudiología y psicopedagogía, hacen que niños, jóvenes y adultos encuentren el valor real de la adquisición de conocimientos útiles para la vida desde la lectoescritura, la ortografía, las ciencias naturales y las matemáticas como un circuito completamente entrelazado para que se nutran los procesos cognitivos. Dando paso a que se fortalezcan los métodos de estudio, la autoconfianza y la meta cognición para que logren así mejorar en todos los ámbitos de la vida.
Instituciones muchas pero a la hora de elegir ¿Qué es lo más importante?
