Estrategias que tu hijo debe aprender para preparar sus exámenes.
Las fallas en el rendimiento académico de tu hijo se producen por la falta de un método de estudio adecuado, casi siempre ocasionado por la falta de planeación. Los programas de educación están diseñados para que tu hijo aprenda una gran cantidad de temática en lapsos cortos y, en ocasiones, la cantidad supera la calidad. La mejor alternativa es diseñar una estrategia personal que le permita agrupar toda la información de manera que no haya temas sin repasar cuando vaya a presentar un examen. A continuación te presentamos algunas estrategias útiles para que estudies con tu hijo de forma más productiva y le ayudes a tener un buen rendimiento académico.
Acrónimos para los listados
Uno de los principales problemas es memorizar listas largas de conceptos, por eso esta estrategia es la más útil. Si la usas, tu hijo podrá recordar largas listas en una sola palabra:
Por ejemplo, intenta memorizar los seis tipos de triángulos recordando la palabra: ESIAROE
Escaleno, Isósceles, Acutángulo, Rectángulo, Obtusángulo, Equilátero
Enséñale a utilizar colores para subrayar los textos
Esta técnica permite que el cerebro de tu hijo asimile qué es lo más importante y qué no puede olvidar. Por eso te aconsejamos que le enseñes a subrayar con rojo las ideas principales, con verde las ideas secundarias y con su color preferido, las palabras clave. Si su color favorito es el rojo o el verde, remplaza alguno de los anteriores por azul.
Utilizar mentefactos conceptuales siempre será súper útil.
Esta técnica, creada por Miguel de Zubiría Samper, es una de las formas gráficas más útiles para conceptualizar. Le permite a tu hijo definir un concepto, saber de qué otros conceptos difiere, a qué categoría pertenece y si tiene subdivisiones. Es útil cuando tu hijo tiene mucha información y no sabe qué aprenderse primero y qué después; además, la distribución ordenada de la información le permitirá a tu hijo utilizar la memoria fotográfica para apropiarse de la información de forma más efectiva.
Asociaciones
El sistema de asociación ilógica permite relacionar definiciones de forma rápida y permitiendo que un concepto o una idea lleve a la otra. Tu hijo puede practicarlo, dependiendo de sus gustos. Supongamos que debe aprender los sentidos y su función.
Ejemplo: Cuando tenía tres años, vi un limón, lo olí, lo toqué, me dijo “cómeme” y yo, me lo comí.
Las historias
Cuéntale a tu hijo historias. Para su cerebro es más fácil asimilar hechos sucesivos que ideas aisladas. Por ejemplo, si tienes que memorizar los elementos químicos más abundantes en la naturaleza y sus porcentajes, te sería útil recordar esta historia:
Ejemplo: 62 Oxígenos salieron por el aire, se encontraron con 20 carbonos y todos juntos decidieron meterse al agua para encontrar a 5 hidrógenos que les debían un fósforo, un calcio y otras cosas.
Asegúrate de que no siga las lecturas con los labios
El cerebro es mucho más rápido que los labios. Los labios leen una palabra, mientras que el cerebro pudo haber captado cinco. Si tu hijo lee al ritmo de sus labios, retrasa a su cerebro y le impide que avance como él acostumbra a hacerlo. Por eso, enséñale leer mentalmente y a evitar distracciones físicas como mover las manos al ritmo de la lectura, los labios o los pies.
Recuerda que los colores son muy importantes al transcribir los apuntes. Evita que tu hijo estudie con textos planos; es decir, con archivos imprimidos o fotocopiados, porque estos conservan el mismo tipo de letra en todo el texto, el mismo color y tamaños estándar; en cambio, transcribe tus apuntes manualmente, ya que además de tener variaciones en la forma, estarás escaneando las palabras clave y las ideas principales, aunque sea de forma superficial.
