Técnicas para hablar en público.
Se dice que entre un 20 y un 85% de la población siente ansiedad al momento de exponer en público. Como rasgos característicos se experimentan las siguientes sensaciones: temblor, sudoración de la manos, aumento en la frecuencia cardiaca, tensión muscular, dificultad para respirar, ruborización, perdida de concentración, voz inestable y vértigo, además se encuentran acompañados de pensamientos negativos como el miedo y la vergüenza a equivocarse, a no ser interesantes, entre otras. (Gabinete psicopedagógico).
Catejón (2011) menciona que el 75% de la población rechaza actividades que conlleven hablar en público, argumentando sentir pánico escénico. Es así como la timidez y la ansiedad social son universales debido a que la mayoría de las personas la han experimentado, no obstante, existen varios tipos de ansiedad desde el nivel leve o hasta puede llegar a incapacitar, afectando varías áreas de la vida, tanto social como individual (Martín y Richard, s.f.).
No todo está perdido, tenemos algunos tips para hablar en público.
Sin embargo, no todo está perdido y existen varias estrategias para reducir estas sensaciones a la hora de hablar en público y exponer sin miedo.
Una de las más nombradas es la terapia de exposición la cual maneja la crítica negativa, compuesta por tres elementos:
Exposición sistemática al estímulo:
Es decir, se genera contacto de manera planificada con aquellos estímulos que producen la respuesta de ansiedad, evitando que se provoquen consecuencias negativas amenazantes, pretendiendo así que estas respuestas (ansiedad) se asocien a un entorno seguro.
Representación del estímulo:
Puede ser de manera real, imaginativa, virtual o narrativa y escrita; la exposición es el elemento necesario para evidenciar un cambio conductual.
Exposición repetida y prolongada a la situación que general ansiedad (CETECIC, 2012)
¿Cómo hablar en público?
Por otro lado, está la terapia breve centrada en soluciones, focalizándose en construir desde la imaginación, sin el problema, cómo sería la vida. De esta manera, se busca que la persona haga palpable, cercana y sobre todo posible, el control de la ansiedad (Rodríguez, Gonzáles y Molina, 2018).
En conclusión, la ansiedad es una respuesta de miedo natural que tenemos los seres humanos, sin embargo, cuando afecta en gran medida la vida cotidiana, se debe buscar ayuda terapéutica. Hay varias terapias que ayudarán a enfrentar esos temores y sobre todo, los pensamientos negativos e irrealistas que invaden y conducen a la pérdida de nuestro autoestima.
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