Como educar a mis hijos
Muchas veces esperamos que nuestros hijos hagan lo que queremos, porque consideramos que es lo mejor para ellos, además lo más sencillo para nosotros. Obtener cooperación por parte de nuestros hijos no tiene una solución mágica, sin embargo, aquí se presentan algunas ideas de cómo podríamos conseguirlo de una manera efectiva.
Primero, evalúe lo qué tiende a hacer usted para lograr que sus hijos hagan lo que quiere: ¿acusarlos?, ¿amenazarlos?, ¿darle órdenes y sermones?, ¿los compara con alguien más?, ¿alguna otra que tampoco resulte?.
1. Describa el problema
La solución más adecuada no es quedarnos hablándoles a los niños de las consecuencias negativas de sus actos, muchas veces ni siquiera van a entender de qué hablamos y por ende, será muy difícil que hagan lo que esperamos. Es mucho más efectivo describir la situación, ya que en esto no nos desgastamos como padres y ellos aprenden a hacer las cosas con autonomía. Por ejemplo, sus hijos deben recoger los juguetes al terminar la hora de juego, en vez de decirles todas las consecuencias que van a tener por el desorden, dígales: “Chicos, los juguetes están en el piso y ya es hora de ir a la cama”.
2. Dé información
La información es mucho más fácil de aceptar que las acusaciones o los sermones. Por ende, si requiere que su hijo haga algo, dé la información esperada. Por ejemplo, si su hijo está rayando el piso o las paredes de la casa, no es necesario dejarse ganar de la emoción y gritarles todo lo malo que les va a pasar por hacerlo, por el contrario si usted les dice que las hojas son para rayar y no las paredes, puede re-orientar la conducta de ellos.
Además, recuerde ser un modelo para ellos, es decir, haga lo que quiere que ellos hagan; si quiere instaurar el hábito de que se cepillen los dientes, no solo debe darles la información de cómo los dientes deben ser cuidados, sino ir a lavárselos con él y mostrarles cuál es la manera indicada para hacerlo.
3. Dígalo con una palabra
No se malgaste, a veces menos es más. Frente a los sermones, los niños y sobre todo, los adolescentes tienden a tener una actitud de desprecio. A todos nos pasa lo mismo, piense en cuando sus padres lo hacían con usted, piense en cómo su jefe a veces lo hace o incluso su pareja… los sermones definitivamente no son agradables. Similar a describir el problema, muchas veces solo necesitamos describir la solución, decirles con una palabra qué esperamos que hagan.
4. Hable de sus emociones
Es importante saber que cualquier emoción es válida, es decir, hay cosas que hacen que usted se sienta de determinada manera que a otros no. No está mal sentirse triste, bravo o con miedo. Por ende, es importante enseñarles a los niños a enfrentarse a sus propias emociones, para esto es importante que nosotros como padres también lo hagamos.
A veces, solo es necesario decirles que lo que están haciendo nos hace sentir de una manera que ellos no quisieran sentirse. No solo haremos que ellos sientan empatía por nosotros y modifiquen su conducta, sino que de la misma manera, el vínculo familiar se fortalecerá. Descubre que hacer ante el bajo rendimiento de tus hijos.
5. Escriba una nota
¿No le pasa que se olvidan cosas porque no le parecen tan relevantes o simplemente porque su atención está fija en otra cosa? Pues con los niños y aún más con los adolescentes, esto pasa con frecuencia. Lo que nosotros esperamos que hagan puede no ser lo más llamativo de sus rutinas; muchas veces no es que no quieran hacerlo, es que no lo pasan por alto. Así que no está de más recordarles cuáles son sus responsabilidades: Déjeles una nota.
Recuerde felicitarlos al realizar lo que usted espera. Así como apenas hacen algo con lo que usted no está de acuerdo, recurre a regañarlos; felicítelos cuando hacen lo que sí deberían hacer.
Referencias
Faber, A. y Mazlish, E. (1997). ¿Cómo hablar para que los niños hablen y cómo escuchar para que los niños hablen? Barcelona: Medici