En el tiempo que he ejercido la docencia me encuentro muchas veces con las mismas preguntas y todas giran en torno al mismo problema: ¿Cómo ser un buen estudiante? Este interrogante preocupa en igual medida a padres e hijos, pero tristemente en muchos casos, es una inquietud que se convierte en una carga demasiado pesada y que termina siendo un tema sensible en las relaciones familiares, generando conflictos y enfrentamientos por no ser atendida adecuadamente. Haz clic aquí para saber por que tu hijo no tiene buen rendimiento académico.
Presento aquí tres temas fundamentales que representan la diferencia entre un estudiante promedio y un estudiante exitoso.
1. TÉCNICAS DE ESTUDIO
La planeación y el modo de estudiar afectan directamente la eficiencia en cada sesión de estudio, así como su duración y frecuencia. Muchos estudiantes se quejan de que estudian mucho y no aprenden; sienten que no pueden recordar porque es mucha información o porque no entienden. Para mí es claro que no tienen una buena técnica, estudian desordenadamente y tratando de cumplir las obligaciones a medida que se van presentando, no hay una habituación ni una estrategia. En ese sentido veremos dos pirámides de conceptos básicos para estudiar:
La relación entre Planeación – Compromiso – Habituación. Generar un hábito toma entre 21 y 40 días (según diferentes estudios), para tomar por costumbre hacer lo mismo a la misma hora es necesario disponer ese tiempo (programación) y forzarse en los primeros días a hacerlo (compromiso). Esto garantiza la dedicación y el tiempo necesario adecuado para estudiar. Haz clic en este enlace para saber como tener buenos hábitos de estudio.
La relación entre Motivación – Atención – Memoria. Las personas sólo recordamos aquello que nos interese, la atención se focaliza (concentración) en aquello que nos motiva. Un gran determinante en el fracaso escolar es que los niños y jóvenes no encuentran una recompensa en el ir al colegio y su atención se centra en el compartir con sus compañeros o en desarrollar otras habilidades como las deportivas, por eso no “aprenden”. Cuando hay una verdadera motivación se genera un gusto por el conocimiento.
2. NIVELES DE LECTURA
Nuestro sistema educativo (como el de la mayoría de países) está más enfocado a la memorización, que a la comprensión, por eso basta con recordar con lo que dice un texto así no se entienda su contenido. Existen tres niveles de lectura comprensiva: el textual, el inferencial y el crítico; esto garantiza la apropiación del conocimiento. Haz clic en este enlace para conocer cómo ser un buen estudiante.
En nivel textual solo recuperamos la información que el texto nos brinda, entender qué tipo de texto es, identificar su idea principal y algunos detalles, recibir el mensaje del autor del texto. En la lectura inferencial, vamos más allá de lo que nos dice el autor y relacionamos la información obtenida del texto con lo que ya sabemos y generamos supuestos a partir de ella o podemos compararla con otros y así complementar el mensaje y darle un sentido más amplio. Y finalmente en el nivel crítico daremos nuestro punto de vista a aquello que nos dice la lectura, argumentando y brindando elementos de juicio.
3. APOYO ESCOLAR
Siendo conscientes de que no somos buenos para todo, a veces es necesario pedir ayuda en los temas y las asignaturas que representan mayor dificultad. Las tutorías siempre serán una ayuda invaluable cuando no entendemos algo y sobretodo superar vacíos en el conocimiento que por lo general se construye sobre el conocimiento previo. Haz clic en este enlace para saber más sobre refuerzo escolar.
Cientos de estudiantes han logrado una mejora satisfactoria atendiendo estos tres aspectos, para desarrollarlos más puntualmente acércate a IPLER y te enseñaremos cómo.
Ricardo Andrés Gómez.